Ozono en las cámaras frigoríficas

A la hora de impedir el crecimiento de patógenos durante la fase de refrigeración son dos los factores fundamentales que hay que tener en cuenta: la temperatura y el tiempo.
La temperatura de frío debe mantenerse entre 2ºC y 5ºC, por debajo de los 8ºC, que es cuando los microorganismos pueden empezar a multiplicarse.

El alimento debe conservarse el tiempo preciso y no alargarlo, ya que la humedad favorece la proliferación de hongos y bacterias.
La conservación sólo es efectiva si se mantienen las condiciones ambientales adecuadas.

Hasta hace unos años los sistemas utilizados para conseguir neutralizar las bacterias podían afectar al ambiente de la cámara frigorífica. A principios del año 2007, un grupo de expertos presentó un sistema basado en el uso de ozono apto para mantener los alimentos frescos durante más tiempo en almacenes de refrigeración sin alterar otros factores.
Este sistema es capaz de actuar sobre el etileno, un gas natural con capacidad para acelerar la maduración de las frutas y la descomposición de productos como carne o pescado.
Su mecanismo de actuación es doble: por un lado elimina los microorganismos que puedan econtrarse en los alimentos, que en la mayoría de los casos se introducen a temperatura ambiente, y por otro lado, destruye los olores.

Sea cual sea el método que se vaya a utilizar, la desinfección deberá hacerse las veces que el almacenamiento de productos lo permita, es decir, siempre que los refrigeradores queden vacíos.

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